Su visión rehabilitadora, se basa en el conocimiento del desarrollo neurológico. De aquí que también se le conozca como terapia de neurodesarrollo.
En la actualidad, los fundamentos del método han variado en relación a las nuevas teorías neurocientíficas, sin embargo, el manejo mantiene su esencia.
El terapeuta guía, con sus manos, las respuestas motoras del paciente. Constantemente favorece posturas adecuadas, que por un lado promueven un movimiento de calidad, pero que a la vez impiden que se desaten respuestas reflejas desorganizadas que puedan interferir con la funcionalidad del paciente. Conforme el paciente gana control sobre su cuerpo, el terapeuta lo asiste y dirige cada vez menos.
La reprogramación del movimiento siempre se basa en la realización de una tarea funcional específica. Lo anterior quiere decir que el trabajo del paciente estará encaminado a la realización de una actividad de la vida diaria, como puede ser: vestirse, bañarse, comer, caminar con la finalidad de trasladarse de un lado al otro, peinarse etc…
La terapia de neurodesarrollo no utiliza ejercicios repetitivos, siempre patrones de movimientos encaminados a realizar una función.
Para recibir este tipo de tratamiento, el paciente deberá asegurarse de que el terapeuta este entrenado y certificado en este manejo.
Por ahora dejo esta información y queda abierta la posibilidad de ahondar más en ella de ser necesario.